¡Ay de los que al mal llaman bien y al bien mal, que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los que son sabios a sus propios ojos, y …Más
¡Ay de los que al mal llaman bien y al bien mal, que ponen tinieblas por luz, y luz por tinieblas; que dan lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los que son sabios a sus propios ojos, y prudentes ante sí mismos! ¡Ay de los que son héroes para beber vino, y valientes para mezclar bebidas embriagadoras, que por un regalo absuelven al malhechor y privan a los justos de su derecho! Por eso, como la lengua del fuego devora la paja, y como la llama consume la hierba seca, así su raíz será como podredumbre, y su flor será arrebatada como el polvo, por cuanto han rechazado a ley de Yahvé de los ejércitos, y despreciado la palabra del Santo de Israel. Por eso se ha encendido la ira de Yahvé contra su pueblo, y extendió contra él su mano y lo hirió, por eso tiemblan los montes, y sus cadáveres yacen en las calles como basura. Con todo esto no se ha aplacado su ira; aún está extendida su mano. (Is 5, 20-25)